¿Como evaluar las cojeras de un caballo montado? - Eduquina

Os traducimos este articulo sobre el comportamiento observado en caballos montados relacionado con el dolor provocado por las cojeras en la practica de la equitación; muy interesante pues permite poner en evidencia la cantidad de comportamientos observados que muchas veces se pasan por alto o son inclusos castigados afectando al bienestar equino.

Resumen:

Cojera: los 24 signos que deben alertaros en el caballo montado.

Todos sabemos que es muchas veces difícil para una persona que no es profesional darse cuenta de que un caballo montado está cojeando ligeramente. En este estudio, investigadores en etología ayudados de veterinarios han buscado si ciertos comportamientos podían estar asociados a cojeras. Los investigadores han estudiado 120 indicadores, desde la posición de las orejas hasta los cambios en los aires. Veinticuatro de estos indicadores se han observado más frecuentemente (o casi únicamente) en caballos que cojeaban. De este modo, los defectos en los aires como el hecho de tropezarse, de atravesarse, o de cambiar de pie a galope han aparecido como los signos más correlacionados con la presencia de cojeras. La presencia simultanea de un numero importante de estos indicadores esta también correlacionada a la presencia de cojeras. Estos resultados son muy interesantes porque muestran que comportamientos que se atribuían frecuentemente a una falta de educación o de desobediencia del caballo pueden en efecto ser la firma del dolor.

Estos resultados son muy prometedores pero hay que anotar ciertos límites. Este estudio no permite diferenciar un comportamiento de defensas, un malestar ligado a la presión, a la calidad del jinete, o a un comportamiento relacionado con el dolor.

Ciertos comportamientos están también ligados a las embocaduras, lo cual el protocolo de este estudio no permite estudiar.  Además, la muestra de caballos sanos, se observo durante más tiempo y en un entorno más familiar, mientras que los caballos cojos se encontraban en un entorno nuevo y montados por un jinete desconocido. Esto podría haber sesgado los resultados.

 

Protocolo


 

  1. Estudio preliminar: construcción del etograma a partir de 117 indicadores.

Los investigadores observaron a 9 caballos (3 sanos, 6 cojos) para elegir los comportamientos para observar en el estudio. Estos caballos se graban montados durante 5 minutos: trotando en línea recta y dando cuerda en circulos, galopando, todo a ambas manos. Con un veterinario, los investigadores determinan si los caballos están cojos y qué indicadores de comportamiento parecen relevantes para el estudio. De este modo, constituyen el etograma para este estudio.

 

  1. Correlación del etograma con 27 indicadores con cojera en 37 caballos.

El estudio se lleva a cabo en 13 caballos sanos y 24 caballos cojos. Los investigadores graban a estos caballos desde 4 ángulos diferentes durante una sesión de trabajo que incluye: trote en línea recta y vueltas, galope, todo a ambas manos. Luego analizan los videos con la cuadrícula de indicadores definida durante la primera etapa del estudio.

Resultados:

 

La primera etapa del estudio identificó 24 indicadores de comportamiento asociados con las cojeras.

 

 

En la segunda parte del estudio, los investigadores observaron un promedio de 2 indicadores en caballos sanos y un promedio de 9 indicadores en caballos cojos. La mayoría de estos indicadores están fuertemente correlacionados con la cojera. Todos los indicadores, excepto “Cabeza detrás de la vertical por más de 10 segundos”, aparecen más en un caballo cojo que en un caballo sano.

 

Por lo tanto, este etograma podría usarse para identificar la cojera en el caballo montado y ayudar a mejorar el bienestar del caballo.

 

La Figura 3 muestra los resultados para las tres categorías de indicadores seleccionados: facial, corporal y de marcha.

 

En ambos casos, las estrellas naranjas representan el grado de importancia de las diferencias observadas. Con ***, es muy poco probable que la discrepancia se deba al azar y, por lo tanto, el resultado es significativo.

 

En vista de estos resultados, de ocho de estos indicadores observados en un caballo durante un período de 3 a 5 minutos, el jinete o el entrenador deben sospechar una cojera y consultar a un veterinario.

 

Discusión

Los autores señalan que este estudio no permite diferenciar claramente un comportamiento de oposición (defensas), un malestar provocado por la presión o las habilidades del jinete, o el comportamiento relacionado con el dolor. Algunos indicadores asociados con la cojera pueden estar relacionados con el tipo de embocadura utilizada, las habilidades y el equilibrio del jinete y su uso de las riendas. Se deben desarrollar análisis de los diferentes tipos de bridas. Sin embargo, el protocolo de este estudio no permite establecer un vínculo entre los indicadores y el tipo de embocadura.

 

También hay dos sesgos con respecto al contexto y el uso de videos: los videos utilizados para caballos sanos son más largos, lo que le da al caballo más tiempo para emitir el comportamiento del etograma. Luego, los caballos sanos fueron filmados en su entorno de trabajo habitual con su jinete (videos hechos para el estudio), mientras que los caballos cojos fueron filmados en un nuevo entorno con un jinete que no conocían (videos hechos para Animal Health Trust durante los exámenes veterinarios). Un caballo en un ambiente desconocido, con un jinete desconocido seguramente puede desarrollar más comportamientos de incomodidad.

 

Algunos indicadores solo han aparecido en caballos cojos, pero eso no significa que no puedan aparecer en caballos sanos. Los indicadores no pueden tomarse por separado ya que constituyen un todo coherente que permite evaluar el dolor en el caballo.

 

Sigue habiendo indicadores no evaluados por este estudio que podrían ser relevantes pero que requieren un protocolo de observación diferente: rechinar los dientes, ronquidos, tasa de sudoración, rigidez de la espalda, ausencia de contacto en las riendas.

 

A pesar de las mejoras adicionales necesarias para finalizar este etograma, los primeros resultados son bastante concluyentes y ya permiten considerar ciertos comportamientos del caballo como un posible signo de dolor. Este es un gran avance para mejorar el bienestar del caballo.

 

Para saber mas sobre el protocolo:

 

¿Cuál era el protocolo exactamente?

 

Paso 1: Desarrollar y testar un etograma

Sue Dyson (Especialista en ortopedia equina en el Royal College of Veterinary Surgeons e Instructor en la British Horse Society) y Jeannine Berger (Graduada en Comportamiento y Bienestar Veterinario en el American College) comienzan creando un etograma del caballo montado compuesto por 117 marcadores de comportamiento.

 

Los investigadores grabaron a 9 caballos montados durante unos 5 minutos, incluidos 3 sanos y 6 cojos (trote en línea recta y dando cuerda, galope, a ambas manos). Un veterinario equino analiza los videos y anota en una cuadrícula la presencia o ausencia de los 117 indicadores para cada caballo. Ella hace esta observación durante 5 minutos y llena la cuadrícula dos veces para cada video. Se realizan dos nuevos análisis separando las acciones de trote y galope.

Este primer paso permitió seleccionar 27 indicadores relevantes, es decir, observados en caballos cojos y cuya diferencia en cuanto a su presencia entre caballo sano y caballo cojo es significativa (p <0.05). Ciertos indicadores de movimiento y resultados similares se reúnen bajo un solo descriptor (por ejemplo, las diferentes variantes de los botes).

Paso 2: Correlacione del etograma y la cojera

Los investigadores pusieron en práctica el repertorio conductual definido al observar a los 37 caballos examinados previamente: 13 caballos sanos y 24 caballos cojos. Los caballos se graban en promedio 4 minutos, desde 4 ángulos diferentes y en diferentes acciones: línea recta y haciendo círculos, a trote, a galope, a ambas manos y transiciones.

Todos son caballos regularmente entrenados para el deporte (doma o salto de obstáculos).

Los investigadores analizan estos videos con la cuadrícula de indicadores definidos por el repertorio conductual. La cuadrícula se llena al menos 4 veces (trotando en línea recta, trotando en círculo, galopando en línea recta, galopando en círculo) para el mismo caballo.

Paso 3: Análisis de datos

Al analizar los videos, los movimientos observados son: trote en línea recta, trote en círculo, galope en línea recta, galope en círculo, cambio de ritmo. Para cada video de un caballo, los investigadores cuentan el número de veces que aparece cada indicador (por ejemplo: cambio repetido en la posición de la cabeza: 3 veces, orejas hacia atrás más de 5 segundos: 0 veces).

Los indicadores se agrupan por familia: apariencia, cara, cuerpo. Luego, los investigadores construyen el número promedio de apariencias de esta familia de indicadores dividiendo la suma de las apariencias obtenidas por el número de movimientos observados:

 

Número promedio de indicadores observados (para una familia dada) = (Número de indicadores observados para una familia dada) ÷ (número de movimientos)

El promedio del número total de indicadores se calcula sumando todos los números de apariencia de los indicadores y dividiéndolos por el número total de movimientos observados.

Número promedio de indicadores observados (etograma) = (Número de indicadores observados) ÷ (número de movimientos)

Luego se compara el número promedio de indicadores observados entre la población de caballos cojos y la de caballos no cojos. Se llevan a cabo pruebas estadísticas para determinar si la diferencia entre estas medias es significativa (una, dos o tres estrellas en los gráficos) o no (sin estrellas en los gráficos).

 

Referencias

Articulo traducido  de la página: http://sciencesequines.fr/resume-dyson-2017/

Este artículo fue resumido por Chloé Fournet. Fue corregido por Émilie Fallet y Stéphanie Ronckier. Las ilustraciones son de Claire Béjat. Este artículo fue editado por Stéphanie Ronckier.

 

Referencia completa del artículo

Sue Dyson, Jeannine Berger, Andrea D. Ellis, Jessica Mullard (2017). “Desarrollo de un etograma para un sistema de puntuación del dolor en caballos montados y su aplicación para determinar la presencia de dolor musculoesquelético”. Journal of Veterinary Behavior, 23, p. 47-57.

Bibliografía citada por el artículo.

Dalla Costa, E., Stucke, D., Dai, F., Minero, M., Leach, M., Lebelt, D., 2016. Uso de la escala de mueca de caballo (HGS) para evaluar el dolor asociado con la laminitis aguda en caballos (Equus caballus). Animales 6, p. 47.

Dyson, S., Berger, J., Ellis, A., Mullard, J., 2017. ¿Se puede determinar la presencia de dolor musculoesquelético a partir de las expresiones faciales de los caballos montados (FEReq)? J. Vet. Comportamiento: Clin. Appl. Res. 19, p. 78-89.

Mullard, J., Berger, J., Ellis, A., Dyson, S., 2017. Desarrollo de un etograma para describir expresiones faciales en caballos montados (FEReq). J. Vet. Comportamiento: Clin. Appl. Res. 18, p.7-12.

Van Loon, J., Van Dierendonck, M., 2015. Monitorización del dolor visceral equino agudo con la Equine Utrecht University Scale for Composite Pain Assessment (EQUUSCOMPASS) y la Equine Utrecht University Scale for Facial Assessment of Pain (EQUUS-FAP): a estudio de construcción a escala. Vet. J. 206, p. 356-364.

 

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